REPLICA DEL CRISTO PANTOCRATOR DE SAN APOLINAR DE RAVENNA, ITALIA S.VI
Réplica del mosaico situado en los muros de la Basílica de San Apolinar de Ravenna la cual, debido a la importancia y riqueza decorativa de los mosaicos que se conservan en ella, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Cristo vestido como sacerdote greco-romano y rey es un excelente representante de la técnica musiva del arte Bizantino de la 1ra Edad de Oro, de inspiración religiosa y destacada riqueza ornamental y suntuosidad. El cesaropapismo reinante en el Imperio Romano de Oriente se caracteriza por dicha suntuosidad combinando lo sagrado y lo terreno. En dichas expresiones artísticas bizantinas resulta interesante la curiosa confluencia de aspectos helenístico-griegos, romanos y orientales (árabe y persa)
Entre otras características de la iconografía del arte bizantino standard, los “tesserae” dorados son utilizados como fondo en las composiciones, tal como lo observamos en este Cristo. No sólo ofrecen un acabado suntuoso por su luminosidad acorde a las aspiraciones imperiales de la época, sino que utilizados de esta manera simbolizan lo etéreo representando lo inmaterial celestial: el espacio se abre, expande y eleva. Los “tesserae d’oro” son fabricados con una delgada hoja de oro puesta en sandwich entre un soporte de vidrio generalmente transparente, y una delgada capa protectora de vidrio.
El proyecto de esta réplica del Cristo de San Apolinar de Ravenna fue realizado en los talleres del renacentista Duomo Orsoni en Venecia, donde se enseña teoría y práctica del antiguo arte musivo. Con mucha concentración y estudio junto a mosaiquistas de renombre se utilizaron los famosos “smalti” italianos fabricados artesanalmente allí mismo. En particular, para las tonalidades y esfumado en el rostro -tan difícil de trabajar con mosaicos- se seleccionó una gran variedad en las distintas gamas para conseguir efectos de movimiento, profundidad y sombras. Un placer trabajar con estas opciones: inspiración, técnica y manejo de materiales originales de nobilísima calidad en una hermosa experiencia.
Creyentes o no, el Cristo de San Apolinar es una joya que nos transporta de modo pintoresco a la época. El trabajo de 60 cm x 40 cm fue realizado por Toli Figueroa como una linda forma de rendir tributo a dicha maravilla.